sábado, 7 de junio de 2014

EL PROCESO DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA

Lo analiza estrechamente ligado al económico-social, como no podía ser de otro modo. Reconoce y analiza las tres influencias en la educación peruana: la española, la francesa y la norteamericana, estas dos últimas injertadas en la primera. La educación en la colonia tuvo «un sentido aristocrático y un concepto eclesiástico y literario de la enseñanza», en otras palabras, una educación elitista y escolástica. El desprecio por el trabajo, por las actividades productivas fue alentado por los claustros universitarios incluso luego de producida la independencia. La República, que heredó las estructuras coloniales, buscó luego el modelo de la reforma francesa, ya en las postrimerías del siglo XIX. Hasta que la reforma de la segunda enseñanza de 1902, empezó a reflejar la influencia creciente del modelo anglosajón: sería el primer paso para adoptar el sistema norteamericano, coherente con el embrionario desarrollo capitalista del país. Preconizador del modelo yanqui fue el Dr. Manuel Vicente Villarán, cuyas prédicas triunfaron con la reforma educativa de 1920, por ley orgánica de enseñanza dada ese año, pero como no era posible, según Mariátegui «democratizar la enseñanza de un país, sin democratizar su economía, y sin democratizar, por ende, su superestructura política» la reforma del 20 devino en fracaso.
La reforma universitaria merece también la atención de Mariátegui. Hasta el Perú alcanzaron los movimientos reformistas que se iniciaron en Córdoba, en el año 1918, producto de la «recia marejada post-bélica»,

aunque en ese país, en un principio, la ideología del movimiento estudiantil careció de homogeneidad y autonomía. Los estudiantes de América, querían sacudir el medioevalismo también de sus casas de estudio. Sus reclamos se basan en la necesidad de que los estudiantes intervengan en el gobierno de las universidades y el funcionamiento de cátedras libres, al lado de las oficiales, cátedras de limpios y nuevos conocimientos. En una palabra, querían que la Universidad dejara de ser un órgano de casta, cesara ese divorcio entre su función y la realidad nacional y tomara el verdadero rumbo que le era asignado. Con relación a este problema, Mariátegui nos hace un extenso estudio sobre la reforma en el Perú y la reacción en su contra, las ideologías que intervinieron en esta pugna: los conceptos civilistas burgueses de Villarán, el aristocratismo idealista de Deustua, etc. Para Mariátegui, «el problema de la enseñanza no puede ser bien comprendido en nuestro tiempo —dice— si no es considerado como un problema económico y como un problema social. El error de muchos reformadores ha estado en su método abstractamente idealista, en su doctrina exclusivamente pedagógica». No se puede desconocer la ingerencia del factor económico en la estructuración de planes y programas de enseñanza, en todos los tiempos. 

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